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GACETILLA Nº 8 - Año 2011 LA TORMENTA DE SANTA ROSA A nivel popular, en fechas cercanas al 30 de agosto de cada año, se suele esperar la ocurrencia de una fuerte tormenta a la que se denomina comúnmente "Tormenta de Santa Rosa", en coincidencia con la festividad de Santa Rosa de Lima, Patrona de la Iglesia Católica de Lima, de Hispanoamérica, de las Filipinas y de las Indias Orientales. Existe, además, la creencia popular de que se trata de una de las peores tormentas del año. Isabel Flores de Oliva nació el 30 de abril de 1586 en Lima, capital del Perú, fue confirmada con el nombre de Rosa de Santa María, por el obispo Toribio de Mogrovejo, quien años después fue consagrado santo. En 1610 tomó el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo, hábito que llevó hasta su muerte, ocurrida el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. Con el nombre de Rosa, fue beatificada el 12 de febrero de 1668 por el Papa Clemente IX, y fue canonizada por el Papa Clemente X, el 12 de octubre de 1671. Según la historia, en 1615 y ante la proximidad de una flota holandesa que había atacado el puerto de El Callao, frente a las costas del Perú próximas a Lima, la autoridad eclesiástica dispuso que se elevaran rezos en todos los monasterios, solicitando el auxilio de Dios contra las fuerzas atacantes. Al acercarse los navíos, cundió el pánico y el desconcierto entre la población. En esta situación, y sin perder el ánimo, Isabel, elevó sus súplicas al cielo desde la capilla de San Jerónimo. Muy pronto se desató una furiosa tormenta que impidió el desembarco, y la ciudad quedó a salvo del ataque enemigo. Los fieles creyentes, atribuyeron esta muy severa tormenta, a los ruegos de Isabel. En 1816, el Congreso de Tucumán la nombró Patrona Jurada de la Independencia Argentina. Según el Vocabulario Meteorológico Internacional de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), se denomina "tormenta" a la descarga brusca de electricidad atmosférica que se manifiesta por un resplandor breve (relámpago) y por un ruido seco o estruendo sordo (trueno). Las tormentas se asocian a nubes convectivas las que, generalmente (aunque no siempre), generan precipitaciones intensas en forma de chaparrón de lluvia o, en ocasiones, de nieve o granizo, así como también vientos fuertes. Durante el invierno no suelen ocurrir tormentas dado que, para su desarrollo, se requieren ciertas condiciones atmosféricas y energéticas que son más propias de la primavera y el verano. Sin embargo, ya a fines de agosto, aumenta la disponibilidad de energía del Sistema Climático Terrestre, produciéndose importantes cambios en la circulación atmosférica regional. La presencia de aire cálido y húmedo proveniente del norte, sumado al aumento de la radiación solar sobre el suelo y a la frecuente entrada de perturbaciones sinópticas desde el oeste en niveles medios de la atmósfera, puede dar lugar a la aparición del fenómeno de tormenta al final del invierno, en fechas cercanas al 30 de agosto, día en que se celebra la festividad de Santa Rosa de Lima. Dichas perturbaciones se producen debido a que el polo sur se mantiene aún muy frío mientras que la mayor parte del país comienza a calentarse por la mayor entrada de energía solar. Si bien popularmente se espera que la tormenta de Santa Rosa sea más fuerte que cualquier otra, esto no tiene por qué ser así. La siguiente Tabla muestra los resultados del análisis de la ocurrencia de tormentas en la Ciudad de Buenos Aires en fechas próximas al 30 de agosto (entre el 25 de agosto y el 4 de septiembre), sobre la base de las observaciones hechas en el Observatorio Central Buenos Aires durante el período 1906-2010. El criterio considerado fue contabilizar, para cada año, el o los días consecutivos con tormenta y la cantidad total de agua caída en el episodio. En caso de registrarse más de un evento en el lapso considerado, se tomó en cuenta el que dio lugar a mayor cantidad de agua caída. Cabe aclarar que, eventualmente, pueden observarse tormentas (a veces intensas) aún antes del 25 de agosto, a las que la gente considera como “Tormenta de Santa Rosa”. Este es el caso del año 2005, cuando tuvo lugar una intensa tormenta de lluvia y viento entre los días 20 y 23 de agosto, con un total de agua caída de 188,4 mm.
El resultado de este análisis muestra que, en los 104 años de registros del Observatorio Central Buenos Aires, en 55 oportunidades (aproximadamente el 53% de los casos) se produjeron tormentas en los días próximos al del santoral de Santa Rosa de Lima, si bien no siempre estuvieron asociadas a precipitaciones intensas y/o abundantes. En el período considerado (1906-2010) sólo en 9 casos se produjeron tormentas durante el día 30 de agosto. Cabe destacar el aumento de la frecuencia de tormentas que se observa a partir del decenio de 1990. Sólo en 1995, 2005, 2006 y 2007 no se observó este fenómeno durante los días considerados. Así mismo entre los días considerados pudieron haber tenido lugar episodios de lluvias sin tormentas, los cuales no fueron considerados en el análisis, como bien se aclara al principio de este informe.Tal es el caso, por ejemplo, del año 2010 que durante el día 2 de septiembre precipitaron más de 45 mm pero sin observarse tormentas. En cambio durante el día 31 de agosto del mismo año llovieron solo 18 mm, pero con tormentas, por lo que es este episodio el considerado para el análisis del informe ya que cumple con el criterio pedido. Se estima oportuno aclarar que la llamada “Tormenta de Santa Rosa” no se observa en todo el país. Excepto en el este y el centro del país, es difícil que se manifieste con actividad eléctrica. Por otra parte en el noroeste argentino, la extrema sequedad del aire en esta época del año hace muy poco probable la ocurrencia de actividad tormentosa. Para mayor información: http://www.smn.gov.ar/?mod=clima
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