Hace 24 años que buceo con ballenas.
Es por eso que me sorprenden
y preocupan los comentarios que se están realizando sobre este tema en tapas de
diarios y programas televisivos por supuestos especialistas que dicen
conocer a las ballenas y que aseguran que los buzos las lastimamos al intentar
subirnos a su lomo y cabalgar sobre ellas. Estos comentarios son espeluznantes,
increíbles y ridículos.
Comparemos a una ballena
franca con un elefante. Ahora
imaginemos que un hombre camina hacia el elefante y comienza a trepar por una de
sus piernas hasta subirse al lomo del animal. Una vez arriba levanta los brazos
y comienza a gritar mientras que sus amigos le sacan fotos. Luego se baja y le
deja su lugar a un amigo para que repita la misma
operación.
¿No es esto increíble?
Sencillamente un ser humano
no puede subirse a lomo de un elefante sin el consentimiento de éste. De hecho
nunca se escucharon las protestas de una asociación ecologista defensora de los
elefantes que alerte al resto de la humanidad sobre el trato que los "montadores
de elefantes" le dan a ese ser tierno y desvalido. Es lógico que así sea, el
elefante sólo necesita realizar una pequeña sacudida para hacer que el intrépido
turista caiga al suelo si lograr su objetivo.
Pues bien, volvamos ahora a
la ballena franca austral. Un animal de 16 metros de largo y cerca de 40
toneladas de peso. Imaginemos ahora a un buzo que nada hacia ella y comienza a
treparse por la montaña de carne de su lomo hasta lograr situarse encima del
animal. Quien diga que esto puede hacerse nunca vio a una ballena o está
mintiendo.
La Ballena Franca, como su
nombre lo indica, es una animal sumamente pacífico y muy sociable. Es muy común
ver a este animal cerca de la costa en la Península Valdés interactuando con
seres humanos. Aunque parezca mentira después de años de matanza indiscriminada
las ballenas francas se siguen acercando a las embarcaciones y a la
personas que están en el agua. Es muy normal ver a este animal jugando con
los botes inflables. El juego más común de una ballena franca consiste en
colocarse debajo del bote y sacarlo lentamente del agua (aún con gente a bordo)
para dejarlo caer suavemente por el improvisado tobogán de su lomo. Lo mismo
hace con los buzos. Es muy normal ver como, al acercarnos con un snorkel por
superficie la ballena franca se mete debajo nuestro y sale con mucha suavidad
mientras que el buzo, asombrado se ve acostado sobre el lomo de la ballena
tal como se puede ver en la tapa del Diario Clarín del 21 de noviembre del 2000.
Este es un juego de ballenas, no de buzos.
Ahora, si este juego le
hiciera mal al animal ¿elegiría jugarlo?. ¿Por qué no se aleja de los buzos si
con sólo un coletazo aparecería, sin mayores esfuerzos, a cien metros de
distancia?. Las ballenas son veinte veces más rápidas en su velocidad de
crucero que un buzo lanzado a su máxima velocidad. Entonces... ¿cómo se produce
el encuentro?. Muy sencillo: la ballena nada hacia el buzo. La ballena busca su
contacto.
Todos los animales son muy
cuidadosos y celosos con sus crías, cualquiera que tenga un perro lo sabe. En
ocasiones mientras recorría un fondo se acercaron a mi una ballena franca
acompañada de un pequeño cachorro, que como tal es juguetón y curioso. He pasado
horas jugando y acariciando cachorros ante la atenta mirada de la madre que no
hacía nada por evitar el juego e incluso el contacto. Si esto le hiciera mal a
la ballena ¿lo permitiría?
Hace un mes el Dr. Roger
Payne, el especialista de ballenas más reconocido del mundo, que trabajó durante
veinticinco años con ballenas francas en Península Valdés dio una
conferencia sobre éste animal en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. En esa
conferencia y ante cerca de mil invitados dijo textualmente: "La ballena franca
es un individuo altamente social que busca el contacto de los seres humanos.
Incluso en muchos acuarios donde se entrenan ballenas se usa un método de
castigo que consiste en que el entrenador le de la espalda al animal lo que lo
deprime notablemente. No veo mal que se habilite el buceo con ballenas en la
Península Valdés, pero debería designarse una zona para realizarlo. Las ballenas
que quieran contactar a los seres humanos simplemente deberían ir
allí"
UN NEGOCIO MUY LUCRATIVO
Si se traza una línea entre
la Ciudad de Puerto Madryn y la Ciudad de Puerto Pirámide se delimitará con ella
la ZONA INTANGIBLE que se extiende hacia el norte del Golfo Nuevo, dividiendo a
este a la mitad.
Por definición "intangible"
significa "que no puede ser tocado". Eso significa que durante la época de
ballenas nadie puede navegar, nadar o bucear en la zona intangible, incluso se
prohíbe a los bañistas ingresar al agua y las travesías en kayak. La explicación
de crear una zona intangible es darles a las ballenas un lugar de descanso donde
puedan parir a sus crías y copular sin la presencia
humana.
Esto en principio resulta
fantástico. Lo increíble es que justamente dentro de esta zona intangible es
donde se realiza la actividad de "Avistaje de Ballenas" que saliendo de Puerto
Pirámide recorren la costa hacia el norte en una embarcación a motor.
Las lanchas balleneras de
Puerto Pirámide recorren esta zona diariamente en época de ballenas en lo que
resulta ser un negocio muy lucrativo. Obviamente para ello tienen un "Permiso
Especial".
Lo curioso de todo esto es
que fueron los OPERADORES DE AVISTAJES DE BALLENA quienes fomentaron la creación
de la ZONA INTANGIBLE.
Cualquier mente avezada
concluiría que estos señores crearon una zona donde poder "trabajar" libremente
en torno a las ballenas. Ellos se mueven en lanchas ultraveloces, dotadas con
motores de 250 caballos que normalmente despiden aceite al agua y producen
polución sónica. Las ballenas no pueden optar, en este caso sobre el contacto ya que
no pueden escapar de las lanchas, ni de los veinte turistas que lleva a bordo y
que gritan frenéticamente, ni del aceite, ni del ruido.
Ahora bien, si esto es así...
¿porque nadie hace nada al respecto?. Sencillamente porque se mueve mucho dinero
durante estas operaciones. Es sabido que en un pueblo chico no es bueno
hacerse de enemigos. La cobardía por enfrentar esta situación es general e
incomprensible sobre todo por aquellos que dedican su vida en divulgar o
estudiar a un determinado animal y que dicen amarlos. Esta cobardía es
imperdonable cuando alcanza a los entes provinciales como la dirección de
fauna.
Pueblo chico donde todos se
conocen. Pueblo chico donde todos saben de todos. Pueblo chico donde en las
mesas de café se comenta lo que todos saben y nadie dice públicamente: Que los
operadores de avistaje de ballenas de Puerto Pirámide, que son quienes
denuncian a los buzos que bucean con mamíferos marinos, llevan gente a bucear
ilegalmente con estos animales si se les paga los suficiente. Todos lo saben. La
dirección de Fauna lo sabe, la gente lo sabe, pero el silencio
sigue.
LA ULTRAECOLOGIA DE LOS
MEDIOCRES
La denuncia en este caso,
como en muchos otros parte de la Fundación Patagonia Natural, una entidad
dedicada supuestamente a la preservación de la fauna de la Península Valdés. De
ser así es una entidad cuyos miembros están muy ocupados ya que los problemas
son muchos y muy difíciles. Por ejemplo se podría hablar del basurero de Puerto
Madryn, basurero a cielo abierto. Hace un mes en la Bolsa de Comercio el Dr.
Payne dijo por enésima vez que las gaviotas comían basura en este basurero y
después picoteaban la piel de las ballenas provocándoles gravísimas infecciones
y que este era el mayor maltrato que ellas recibían en la Península. Ellos
parecen no haberlo escuchado
Además de las lanchas de
avistajes se podría hablar durante horas de la contaminación de Aluar, o de los
veinte barcos varados en la Playa de Aluar que arrojan permanentemente
combustible al agua. De los desagües de Puerto Madryn que se tiran sin
tratamiento a un Golfo Nuevo con aguas cada vez más oscuras por la poca
renovación de las mismas.
O se podría hablar de la
UNDARIA, un alga japonesa que invadió cerca de veinte kilómetros de costa frente
a la Ciudad de Puerto Madryn convirtiéndose en "imparable" por la inacción de
los entes encargados de controlarla cuando aún podía hacerse. El año pasado dos
inspectores de la Dirección Nacional de Fauna viajaron hacia Puerto Madryn, se
contactaron con el Oficial Osa de la Prefectura Naval y decidieron hacer una
serie de inmersiones para ver hasta dónde había llegado el alga invasora que
altera el fondo de la Península. Estos tres hombres trabajaron durante días en
el agua fría haciendo la tarea que les fuera encomendada por los entes
para los que trabajan. En esa ocasión fueron denunciados por bucear dentro de la
zona intangible. ¿quién los denunció? El Dr. Harris, presidente de la Fundación
Patagonia Natural, el mismo que hoy sale en la televisión haciendo declaraciones
sobre el buceo con ballenas. Tal vez Harris debería haber asentado la denuncia
por el verdadero motivo con que fue hecha, el haber puesto en evidencia, una vez
más que ese era el trabajo que su Fundación debería haber hecho y que nunca
hizo. Debería haber puesto en la denuncia que se puso de manifiesto su
inactividad y al mediocridad de la Fundación.
La Fundación Patagonia
Natural se rasga las vestiduras porque un buzo acarició una ballena. Convence a
los medios de prensa del delito que esto significa, señala con su dedo al
transgresor y lucha para crear leyes que en definitiva sirven para mantener a
esta entidad y a sus miembros en el circo del poder de la Península. Para seguir
por años escondiendo su inoperante mediocridad y seguir comiendo de ella. Todos
lo saben pero nadie lo dice.
EL BUCEO CON MAMÍFEROS
MARINOS EN EL MUNDO
No existen en el mundo entero
leyes que prohíban a las personas bucear con mamíferos marinos en libertad. En
los Estados Unidos cualquier persona puede nadar o interactuar con delfines y
ballenas libres. Experiencias hechas en el mundo entero con los controles
ecologistas más severos demuestran que éstos animales buscan el contacto con
buzos y nadadores y que en lugares donde se delimitaron zonas intangibles los
animales salían de estas zonas para buscar el contacto
humano.
Hay cientos de trabajos
científicos que tratan sobre el daño ocasionado por las embarcarciones que se
acercan a los mamíferos marinos pero no HAY NINGUN TRABAJO CIENTIFICO QUE TRATE
SOBRE EL DAÑO QUE LOS BUZOS LES OCASIONAN.
Hoy Puerto Madryn, como
cualquier ciudad del interior argentino, está pasando por un profundo período de
crisis. La alternativa de atraer turismo internacional a estas aguas puede ser
la gran fórmula que saque a sus habitantes de la recesión
económica.
Puerto Madryn es uno de los
pocos lugares del mundo donde se pueden ver y tocar ballenas francas y con el
adecuado control, como por ejemplo la zona propuesta por el Dr. Payne se
podría lograr dirigir ese turismo hacia la Península sin alterar en absoluto la
vida de los animales que viven en ella. Pero eso no podrá hacerse mientras que
las autoridades sigan escuchando a neófitos ultraecologistas que nos prohíben
caminar por el campo por no pisar el pasto.
Las ballenas
francas fueron castigadas durante muchos años, masacradas por las flotas
japonesas que las desangran a las puertas de nuestro país. Sufrieron en carne
propia cada pequeño derrame de petróleo y nadan en aguas cada vez más
pestilentes. Los seres humanos las desangraron, las contaminaron y redujeron su
número al diez por ciento de lo que había a principios de
siglo.
Me resulta
increíble pensar que ahora se rasgan las vestiduras porque un buzo acarició una
ballena. Tal vez entre tanta locura de muerte, este fue el único
mensaje de paz que los seres humanos le dimos a este animal. Tal vez
deberíamos seguir haciéndolo. Tal vez deberíamos todos recuperar la
cordura.
Tito
Rodriguez cedido a paranauticos.com |