Escrito el: 24 Junio 2012 a las 12:18pm | IP registrada
|
|
|
Aprovechando su estancia en tierra, los Volvo Open 70 son sometidos a ultrasonidos para detectar cualquier pequeño defecto estructural. La técnica de aplicar ultrasonidos para detectar defectos estructurales en los barcos de competición tiene su origen en la ingeniería aeroespacial. Comenzó a aplicarse hace 12 años de mano de Stefano Beltrando, propietario de Q.I. Composites, quien analiza cinco de los seis Volvo Open 70. Beltrando trabaja junto a otro experto estos días para analizar barco por barco. Cada uno exige casi dos jornadas de trabajo, en los que se analizan casco, proa, quilla, orzas de deriva y mástil. El sistema de Q.I. Composites detecta deslaminaciones de hasta dos centímetros, que podrían resultar letales en las duras condiciones en las que navegan los barcos. De acuerdo con el experto en ultrasonidos, durante la edición 2008-09 se encontraron defectos en cada barco y en cada etapa. En su opinión, esto es debido a la constante búsqueda de ligereza y velocidad, lo que reduce la protección extra de los barcos. “Estos barcos son muy ligeros, lo que implica que no hay material de sobra, y eso supone que se reduce la protección”. Beltrando sabe de qué habla, tras haber trabajado con Team Telefónica, PUMA Ocean Racing powered by BERG y CAMPER con Emirates Team New Zealand desde que comenzaron la construcción de sus barcos. “La peculiaridad de esta generación es la calidad de construcción, muy elevada e igualada entre equipos. En la anterior edición, Ericsson 3 y Ericsson 4 estaban a otro nivel, pero esta vez son todos muy similares. Esto no implica necesariamente que sean más fuertes, pero si tienes un barco bien construido, psicológicamente es bueno para la tripulación”.
|